A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión que hemos tenido que lidiar con algún cliente difícil. A la mayoría no nos gusta el conflicto y hacemos lo posible para evitarlo.
Hay personas muy egoístas que se aprovechan del valor de que «el cliente siempre tiene la razón» y abusan de tu buena voluntad, exigiendo demasiado o quejándose sin motivo.
Este post está inspirado en una pregunta que nos hizo llegar Lorena que nos decía: ¿qué hacer con los clientes difíciles de coaching? ¿Cómo gestionarlos para evitar conflictos?
¿Qué es exactamente un cliente difícil?
Se podrían considerar así aquellas personas agresivas o con un carácter autoritario que creen tener siempre la razón y discuten por discutir. O los clientes que siempre te están regateando los precios y no reconocen el valor que les ofreces. También son clientes difíciles quienes desconfían de tu profesionalidad y están a la espera del menor fallo para ponerte en evidencia. Otros clientes difíciles son los que no respetan el acuerdo firmado ni cumplen con las condiciones pactadas, por ejemplo en términos de puntualidad, de pagos, etc.
En otros casos, el cliente es difícil porque nunca está satisfecho con el servicio y/o producto ofrecido. Y también aquellas personas que tienen una escasa inteligencia emocional y no saben comunicarse asertivamente, normalmente son clientes difíciles de gestionar.
¿Cómo identificar los clientes de coaching difíciles?
Algunos ejemplos de clientes difíciles en los procesos de coaching son, por ejemplo aquellas personas que cuando les haces preguntas poderosas te responden con un «sí» o un «no» rotundo y no dicen más. O por el contrario, aquellas personas que hablan y hablan y no hay forma de hacerlas callar. Un cliente difícil podría ser también aquel que no escucha y que contradice todo lo que tú le dices o se niega a abrir la mente a nuevas ideas o formas de ver las cosas.
Otro caso son aquellos clientes que te prometen que implementarán los cambios acordados y después no hacen nada. Son las típicas personas que esperan que tú lo hagas todo por ellas, quieren conseguir resultados sin hacer nada y te responsabilizan de ellos.
También en el caso de formaciones grupales, un cliente difícil es aquel que sabotea el grupo con negatividad, quejas y desmotivación. Es importante gestionar bien estas situaciones para no permitir que los demás participantes se contagien de esas emociones negativas de la persona tóxica.
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En definitiva, si te toca gestionar a clientes difíciles no te lo tomes personalmente. Respira, gestiona tus emociones y sobretodo no saques tu reactividad. Sé compasivo y aprende a poner límites.
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Un fuerte abrazo,
Mònica
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Hola Mónica!
me ha gustado mucho el vídeo!
un truco que yo uso también
– con los muy habladores: quiero que pienses la respuesta, pero que no me lo cuentes, sólo lo pienses. ASi le haces ir hacia adentro;
– si son poco habladores: les hago dibujar por ejemplo, y ahí se sueltan normalmente.
Un abrazo
Hola Ana! Qué bien que te haya gustado. Muchas gracias por tu truco. Me encanta! Un abrazo
Hola Mónica soy Melisa Duran de Argentina Asesora Profesional de Feng Shui. Me cuesta muchísimo que valoren mi trabajo cada vez que digo el precio me lo pagan pero me cuesta cobrar. Que estrategia puedo utilizar? Gracias Mónica 🤗